Costó, pero al fin...

...pude, más o menos, expresarlo. He aquí.


La sequedad de mi mente con respecto a las ideas me está llevando progresivamente a dejar de escribir. Quizás culpa de mi obsesión por formar frases concisas, frases que valgan la pena, o de lo contrario dejarlas a la mitad. Pero quizás porque para escribir necesite hurgar un poco más profundo dentro de mi cabeza, y quizás tenga miedo de buscar y de encontrar, miedo a qué pueda encontrar. No siempre son tentadores los rincones oscuros…
El proceso de formarse a uno mismo es tan (tan) complicado. Vengo pensando en eso hace tieeeeempo. No termino de entender si venimos formados, si se está una vez en etapa de formarse o, quizás, estemos continua e infinitamente en la etapa de formarnos. No sé, de todas formas, yo siento que es esta la etapa en la que me estoy formando. Y por eso es que todas las posturas me parecen correctas, me siento tan en el aire. Nunca sé bien de qué forma actuar, qué pensar, qué decir, cómo pararme, cómo sentarme, cómo hablar, cómo respirar. Eso conlleva a una gran inseguridad. La inseguridad muchas veces lleva al aislamiento; y el aislamiento, muchas otras lleva a la tristeza. Y la tristeza… la tristeza es algo que se puede disfrutar y es algo que se puede sufrir mucho; de la tristeza uno puede también agotarse. Y agotarse de la tristeza puede traer consecuencias buenas y… consecuencias no tan buenas.