compromiso invertido

Dos mujeres se abrazan con fuerza en medio de una avenida. Una muy concurrida. Parecía que el tiempo se hubiera detenido en el espacio contenido en su abrazo, y la vida alrededor siguiera con su ritmo de compás impreciso. Estuvieron juntas un largo rato. A simple vista, su relación bien podía ser tanto amorosa como de amistad.
En algún momento se separaron, y pudimos ver –adivinar- sus caras. Parecían desoladas, pero también profundamente exultantes. Parecían haberse reencontrado después de mucho tiempo, como también parecían estar despidiéndose.
Predeterminada o espontáneamente, mientras se acariciaban las manos, una quitó el único anillo que había en una de las manos de la otra, y lo colocó en su dedo anular. Su amiga hizo lo mismo con el anillo que reposaba en el pulgar izquierdo de la primera.
- Prometeme que nos vamos a volver a ver. Quiero mucho a ese anillo.- Dijo y rió con tristeza. – Cuando nos veamos, me lo devolvés.
- Nuestra garantía.
Se alejaron una de la otra antes de que, me pareció, el llanto les ganara la partida.
Siguieron despidiéndose con la mirada mientras avanzaban en direcciones opuestas. Me dio la impresión de que hicieron acopio de todas sus fuerzas al girar la cabeza para no volverse a ver.